sábado, 18 de octubre de 2008

Los reyes de la colina.


¿Quién necesita un grupo de rock sin violin cuando los hay con violin? Esta pregunta, tan absurda como sugerente rebota en nuestras cabezas como un mantra autoafirmativo pero cualquiera que haya visto a The National en su último gira, igual termina suscribiendo la cuestión. A principios de los 90, con un Chicago eletrificado también se la hicieron The Drovers, aunque es cierto que estos se terminaron planteando qué para que querían ser rockeros cuando podían ser folkies piscodelícos. De todas formas, retuvieron un momento significativo de gloria a mediados de la decada que hace que la fotografía que acompaña suponga un ejemplo ilustrativo del interrogante: from the city to the top of the hill, el funk de los blancos, la música de la calle.

No hay comentarios:

Buscar este blog