sábado, 18 de octubre de 2008

The devil in the kitchen.



Hace diez años, Mike Scott señalaba en una entrevista a Ashley Macisaac, como el único músico dentro del ámbito de la música celta que emprendía un verdadero camino renovador. En aquellos días, el horizonte, como en toda world music en general, lo constituía la mezcla con la música eletrónica pero este violinista escocés, provocador, sensible e inteligente, se adelantó en el 95 como un par de decadas. Y se estrelló con todos los honores.

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