domingo, 21 de marzo de 2010

Dropkick Murphys/ Barcelona 23-01-2010.



Y allí estuvimos y tratándose de nuestro primer concierto de los Murphys era mucha la presión. Tanta, que nos la gastamos Rambla arriba, rambla abajo como Manu Chao, tomando té de hierbas y comiendo chocolate respatingados en un sofá, como si tuviéramos que dar nosotros el concierto. Superado la extrañeza que suponía asistir a las filas que aguardaban a Europe en la sala contigua y advertida la sana diferencia que nos salva, nos plantamos frente al escenario para prestar a los teloneros The Mahones la atención que se merecían. El pasaje industrial que conducía a la Razzmatazz2 ayudaba mucho. Asumiendo honestamente su función y rubricando su actitud con la estampa de Joe Strummer en la camiseta, unos Mahones rejuvenecidos sentaron las bases de la escena rock-punk-celta con un set conciso y concentrado que constituyó el mejor preámbulo antes de que se encendieran las almenaras con el desgarro de Sinead O´Connor y The Chieftains en una majestuosa Foggy Dew. La marcha anunciaba la salida de D.M. y con una generosa espectacularidad escénica, impulsada por el carisma de Al Barr, enarbolaban claramente el objetivo de cerrar una época en la que han pasado del oi tabernario a ser el gran referente del punk-celta y antes de la publicación de su último directo. Así que sin olvidar viejas canciones y dándole al Blackout el puesto que merece, fueron minando la sala con clásicos de los tres grandes últimos discos de estudio. Y ellos cerraban esa época, ese tramo de consolidación y nosotros cerrábamos también un ciclo. Y fue significativo que no diéramos luego con ningún Irish Pub y acabáramos en otro tipo de “Pub”, uno nada irlandés, de moqueta roja y no verde y muy catálá, uno de esos que se habían quedado en la Barcelona de finales de los 80 y 90... Y después de esa singularidad nocturna, los redobles de I´m shipping up aún sonaban más fieros y cercanos.

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